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El camino de Moussa

04 Jan 2023





Cada año, la Delegación Diocesana de Migraciones (DDM) acoge y acompaña a una media de 4.000 personas en movilidad. Entre ellas, muchos niños que viajan solos hasta Marruecos.

Los equipos de DDM Nador conocieron a Moussa, un joven togolés que viajó solo desde su país, cuyo testimonio presentamos a continuación.

Y más abajo, las palabras de Joël Kanga, agente de terreno psicosocial, quien trabaja en la DDM de Nador.  

¡Disfrute escuchando y leyendo!

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Cada día, muchas son las personas que dejan sus bienes, sus familias, sus amigos y amigas, sus casas, con la esperanza de un futuro mejor. Muchas son las razones que empujan a las personas a salir: paro, guerras, violencias, el sueño occidental, la influencia de alguien cercano o las ganas de empezar o continuar los estudios en el extranjero. Desde hace un tiempo, Marruecos, debido a su situación geográfica, se ha convertido en un país de tránsito para las personas que dejan las costas de África del Oeste con el objetivo de llegar a Europa. Las rutas que toman están llenas de obstáculos y de dificultades que les conducen a una situación de vulnerabilidad. Diferentes son las personas que toman esta decisión: mujeres, hombres, niños y niñas, parejas, familias y menores no acompañados/as.

 

En el trabajo cotidiano de la DDM, encontramos diferentes perfiles de personas en situación de movilidad, con quienes trabajamos poniendo en marcha diferentes estrategias de asistencia y protección.

Entre todas estas personas que acompañamos, los/as menores no acompañados/as representan las personas más vulnerables. Debido a su edad, muchos entre ellos/as han recorrido varios países por la vía terrestre para llegar hasta Marruecos.

En nuestra intervención y a través de las entrevistas, identificamos las razones de su salida y las dificultades a las que se han enfrentado. La mayoría de entre ellos/as han abandonado sus respectivos países para dejar de un lado las dificultades y los problemas familiares; otros para estudiar en mejores condiciones, formarse en lo que les gusta; otros para buscar un sueño que un amigo o un familiar les ha vendido; y finalmente, aquellos que quieren reencontrarse con sus padres.

 

Solos en su trayecto, se enfrentan a todo tipo de dificultades que se presentan de diversas formas y en diferentes lugares. En estas circunstancias, los y las niñas se encuentran ante problemas a los que incluso las personas adultas no saben cómo hacer frente: explotación sexual y doméstica, estafa, secuestros, trabajo no remunerado o esclavitud, robos y pérdidas de documentación, violencias de género, por no hablar de sus condiciones físicas a lo largo de su ruta migratoria. Todas estas situaciones de vulnerabilidad se acentúan debido a la falta de mecanismos de protección para menores no acompañados/as a lo largo de los trayectos que emprenden.

 

Atravesar estas dificultades provoca secuelas que se manifiestan a diferentes niveles:

- A nivel médico: debilitados por el hambre y la sed, a menudo llegan a Marruecos con enfermedades infecciosas contraídas durante el periodo del trayecto y con heridas. Algunos también llegan con cicatrices de torturas y abusos. En el caso de algunas niñas, consecuencia de las violencias sufridas, con embarazos no deseados.

- A nivel psicológico: algunos no llegan a recuperarse de las situaciones a las que han tenido que enfrentarse, otros tienen problemas para conciliar el sueño, no logran hacer el duelo de amigos o de un compañero muerto a lo largo del trayecto.

- A nivel familiar: algunos no guardan relación con su familia debido a la pérdida de contacto o por no querer informar a sus padres sobre todo el sufrimiento por miedo a angustiarles. Otros, porque sufren la presión familiar de terminar con su proyecto.

En el acompañamiento que hacemos a los menores no acompañados/as, realizamos entrevistas individuales específicas con el equipo social y el psicólogo para que puedan acceder a sus derechos como niños y niñas que son. Ponemos a su disposición nuestros espacios de acogida para garantizar su protección, su salud mental, física y psicosocial y, para aquellos que quieren continuar con su formación, facilitamos su inscripción en los establecimientos respectivos. Las dificultades que se presentan a la hora de acompañar a estas personas son muchas, entre las que se encuentra la incertidumbre: muchos de ellos deciden continuar su ruta debido a la larga duración de los trámites o para conseguir su objetivo.    

Joël Kanga, DDM-Nador