In occasione della Giornata internazionale contro l'omofobia, la transfobia e la bifobia (LGBTI+), la casa Migrante de Gao , membro attivo del la Red Europa-África para la Movilidad Humana (RAEMH) , (RAEMH), desidera richiamare l'attenzione su una realtà spesso trascurata: l'estrema vulnerabilità delle persone LGBTI+ nel contesto migratorio del Sahel.
En la región del Sahel, las trayectorias migratorias de las personas LGBTI+ se inscriben en un contexto marcado por amenazas constantes y múltiples. Entre la estigmatización social, las interpretaciones restrictivas de las tradiciones y la legislación represiva, las personas pertenecientes a esta comunidad experimentan una profunda marginación. En países como Malí, Níger, Burkina Faso, Chad y la República Centroafricana, su existencia se percibe a menudo como una transgresión inaceptable del orden moral y religioso, lo que alimenta un clima hostil. La retórica de rechazo de figuras políticas, religiosas y comunitarias refuerza la violencia sistemática, a veces justificada en nombre de la fe o las costumbres, lo que obliga a muchas personas LGBTI+ a vivir en la sombra, con el miedo constante a ser denunciadas, detenidas o algo peor.
Frente a esta persecución, la migración parece ser para muchos la única esperanza de supervivencia. Sin embargo, esta fuga no garantiza la seguridad. Las rutas migratorias exponen a las personas LGBTI+ a otras formas de violencia: explotación, abuso, agresión sexual, aislamiento y rechazo en los países de tránsito o de acogida. La falta de información confiable y sistemas de apoyo aumenta su vulnerabilidad. El asilo, que se supone ofrece protección, se convierte en un laberinto de incertidumbres, a menudo marcado por la invisibilidad de su identidad.
En Gao, en la Casa del Migrante, la cuestión LGBTI+ sigue siendo especialmente sensible. Los debates sobre este tema con la población acogida revelan un rechazo mayoritario. Los migrantes, a menudo imbuidos de representaciones culturales y religiosas hostiles a la diversidad de identidades de género, hacen comentarios discriminatorios y rechazan todo contacto con personas percibidas como LGBTI+. Para evitar conflictos, los equipos de la Maison du Migrant deben, en ocasiones, realizar encuestas discretas a los grupos que acogen para identificar posibles riesgos de rechazo o de violencia. Este enfoque, aunque discreto y preventivo, demuestra la dificultad de establecer un clima de aceptación y protección.
Las formas de violencia que viven las personas LGBTI+ en la región son numerosas y a menudo acumulativas. Se refieren tanto a la esfera social como a las instituciones y las comunidades. Los prejuicios profundamente arraigados alimentan la violencia verbal, física y psicológica. La criminalización de la homosexualidad en varios países del Sahel legitima la represión, impide cualquier recurso a la justicia y empuja a los afectados a la marginación o a la huida. Hay informes de linchamientos, violaciones correctivas, detenciones arbitrarias y, a veces, incluso asesinatos. La violencia es perpetrada por milicias, familiares o fuerzas del orden y permanece en gran medida impune. El endurecimiento de las políticas migratorias en la región, combinado con una disminución de la presencia humanitaria, particularmente después de la salida de la MINUSMA, ha debilitado aún más las posibilidades de acceso a la protección y la asistencia.
En los centros de acogida, a menudo se niega o se ignora la presencia de personas LGBTI+. Pocas estructuras cuentan con protocolos adecuados o personal capacitado para apoyar a esta población. Las condiciones de acogida no permiten la libre expresión de la identidad de género ni de la orientación sexual, lo que genera una forma de invisibilidad impuesta. La falta de espacios seguros refuerza el aislamiento y el miedo a las represalias empuja a muchos a ocultar sus identidades. Este clima de desconfianza y silencio pesa mucho sobre la salud mental de los afectados.
El personal de recepción, a menudo inconsciente de estos problemas, puede empeorar la situación sin querer. Actitudes que van desde la indiferencia hasta la hostilidad refuerzan la marginación. En este contexto, las personas LGBTI+ rara vez tienen acceso a atención adecuada, apoyo psicológico o asistencia jurídica. Las asociaciones o instituciones que podrían intervenir carecen de recursos, formación específica o un marco legal claro. En Gao, a pesar de los esfuerzos discretos de algunas estructuras, el entorno general sigue siendo desfavorable para una atención digna y protectora.
Las consecuencias de esta marginación son profundas. El sufrimiento psicológico, el aislamiento, los sentimientos de abandono y la inseguridad constante minan la vida cotidiana de las personas LGBTI+ en movimiento. Su exclusión de las políticas migratorias y de protección les priva de derechos fundamentales y su situación es a menudo ignorada por la sociedad civil, así como por las instituciones nacionales e internacionales.
Frente a esta realidad, es imperativo hacer un fuerte llamado a favor del reconocimiento y la protección de las personas LGBTI+ en el Sahel. Las autoridades estatales y los actores humanitarios deben comprometerse a garantizar su dignidad y encontrar mecanismos de protección inclusivos y adaptados a las necesidades específicas de esta población. Esto implica la creación de refugios seguros, la formación del personal de recepción, el acceso a la atención sanitaria, el apoyo jurídico y el reconocimiento administrativo de su identidad.
Proteger a las personas LGBTI+ en movimiento no es una opción, es una responsabilidad colectiva. En un contexto donde la migración es un acto de supervivencia, es urgente hacer oír su voz, defender sus derechos y afirmar, alto y claro, que nadie debe ser obligado a huir o esconderse por; de quién es o a quién ama.
La Red África-Europa para la Movilidad Humana (RAEMH) reafirma, a través de este artículo de la Casa del Migrante de Gao, que “la movilidad debe rimar con dignidad, respeto e inclusión”. Para lograrlo, debemos escuchar las voces de los más invisibles, actuar con valentía y hacer de los derechos humanos una realidad para todos.
Isaac Ismaël Pangoup , director de programas y director administrativo y financiero de la Casa del Migrante, Cáritas Mopti.