A finales de octubre, una delegación de Cáritas Mauritania y algunos de sus socios (Misión Católica de Nuakchot, Misión Católica de Nuadibú y AFEMIMA - Association des Femmes Migrantes en Mauritanie) viajaron a Senegal.
En ambos países, con el apoyo de Cáritas, se están llevando a cabo proyectos de apoyo para que las mujeres puedan seguir viviendo en sus comunidades de origen o adquirir recursos económicos a lo largo de su ruta migratoria. Un encuentro entre las realidades de dos países vecinos.
Apoyo a las mujeres en sus comunidades de origen
Las visitas a proyectos en las regiones de Mbour y Thiès permitieron conocer el trabajo de Cáritas Senegal con las mujeres de las zonas rurales. Para frenar el éxodo de las mujeres a las grandes ciudades (principalmente Dakar), Cáritas apoya proyectos colectivos financiando actividades generadoras de ingresos (AGI).
"Cuando salimos de sus aldeas, nos dimos cuenta de que las mujeres se encontraban en una situación muy precaria, no se respetaban sus derechos y trabajaban sólo para sobrevivir. En la aldea, los niños se quedaban solos, algunos sufrían malnutrición y otros abandonaban la escuela... Había que hacer algo para unir a la comunidad y permitir que las mujeres permanecieran en sus tierras ", dice Cáritas Senegal.
Organizadas ahora en grupos, las mujeres trabajan juntas en proyectos de diversos sectores prometedores, como la cría de gallinas ponedoras y el cultivo y venta de cereales.
Tras varios años de apoyo de Cáritas Senegal, las comunidades han aprendido muchas lecciones y cada vez tienen más experiencia en la dirección de sus grupos, la gestión de sus finanzas y la búsqueda de clientes y puntos de venta.
Para una acción sostenible, es necesario ser creativo y diversificar las actividades: así, un proyecto de venta de huevos ha evolucionado hacia una cantina que ofrece bocadillos (hechos con huevos), más lucrativos para las mujeres. El sistema de grupos permite a las mujeres disponer de recursos económicos para mantener a sus familias, pero también dedicarse a otras actividades vinculadas a la vida comunitaria.
A partir de sus visitas y conversaciones con las mujeres de los pueblos de Wakhal Diam (Mbour) y Bakakack (Thiès), la delegación mauritana constató la importancia de pensar en proyectos de apoyo centrados en la autonomía individual. A través de estos grupos, las mujeres no dependen de la financiación externa, sino de sus propios recursos y de lo que consiguen generar.
"Su punto fuerte es la solidaridad, que salta a la vista. Estos grupos establecen sistemas para que todos sus miembros se sientan a la vez responsables y protegidos por el grupo. Estas mujeres pueden conseguir tanto con tan poco". Saliya Gandega, de Cáritas Mauritania.
Pequeñas empresas, restauración, textil, cosmética... microempresas para mujeres extranjeras en Senegal y Mauritania.
En Dakar, la delegación mauritana visitó el PARI (Point d'Accueil pour les Réfugiés et les Immigrés - Centro de Acogida para Refugiados e Inmigrantes), donde se encontró con un contexto familiar: el apoyo a las mujeres en situación de movilidad. Desde hace varios años, PARI desarrolla un sistema de apoyo a pequeños proyectos creados por mujeres de otros países africanos.
"Construyo mi clientela yendo de puerta en puerta, e intento llevar mis productos siempre que tengo nuevos", dice una mujer apoyada por el IRAP.
Cáritas Mauritania y sus socios también compartieron su experiencia de apoyo a mujeres en situación vulnerable a través de AGIs. A lo largo de los años, se ha puesto en marcha un protocolo para apoyar a estas mujeres en todo el proceso de creación de una empresa. Los equipos ayudan a las empresarias a identificar un proyecto prometedor, recibir formación y poner en marcha su negocio. Cáritas organiza una selección de proyectos. Una vez lanzada la actividad, el seguimiento del proyecto es una etapa clave, estructurada en torno a un calendario de seguimiento y un vínculo especial entre la persona que crea la AGI y el facilitador que la acompaña, disponible para desbloquear situaciones difíciles, asesorar y medir los efectos de la AGI en la vida de las personas.
Aprender unos de otros
Al final de esta semana de inmersión, surgieron varias ideas para continuar los intercambios entre los dos países vecinos: crear un hermanamiento entre grupos de mujeres para compartir prácticas, transmitir los conocimientos de ciertas actividades como el bordado de bolsos o la fabricación de abono a través de cursos de formación; planificar nuevos intercambios... Cada uno vuelve ahora a sus actividades, pero se han conocido, se han establecido vínculos y las ganas de aprender unos de otros están a la vista... ¡Continuará!