La situación de las mujeres en el Sahel es preocupante; su destino es incierto y requiere una intervención urgente. Los retos a los que se enfrentan en esta región, y en Gao en particular, son numerosos: acceso limitado a la educación, altas tasas de matrimonios precoces, prácticas tradicionales discriminatorias, exposición a abusos y explotación. Es crucial poner en marcha programas específicos de apoyo a las mujeres sahelianas para ayudarlas a superar estos obstáculos y desarrollar todo su potencial.
Cada día, la pobreza y la inseguridad extrema obligan a las mujeres -jefas de familia, chicas jóvenes e incluso menores no acompañadas- a abandonar sus países. Algunas acaban mendigando en Argelia, sobre todo provenientes de Niger, mientras que otras desafían los peligros del Mediterráneo para llegar a Europa. Sea cual sea su ruta posterior, su paso por el Sahel las enfrenta a graves riesgos.
1. Condiciones económicas: Las mujeres migrantes del Sahel y Gao se enfrentan a importantes problemas económicos, con un acceso limitado a la educación, el empleo y otras oportunidades económicas. A veces se ven obligadas a prostituirse para poder continuar su viaje. Es imperativo promover el empoderamiento de las mujeres de la región aumentando su acceso a los recursos, la educación y el empleo y combatiendo la discriminación de género.
2. Seguridad: La región del Sahel, incluida Gao, está marcada por la inseguridad, lo que expone a las mujeres en movilidad a mayores riesgos de violencia, explotación y desplazamiento forzado. En 2024 se denunciaron secuestros. En los últimos meses, en la Maison du Migrant hemos asistido a la llegada de mujeres muy jóvenes (a veces incluso niñas, a partir de los 14 años), víctimas de trata y de explotación sexual. Muchas de ellas proceden de Nigeria, Camerún, Guinea y Costa de Marfil, y han sido atrapadas por vastas redes de proxenetas en sus países de origen.
3. Acceso a la asistencia sanitaria: Durante su viaje, las mujeres migrantes pueden encontrar obstáculos para acceder a servicios sanitarios de calidad, lo que puede repercutir en su bienestar general y en el de sus familias.
Para limitar la violencia contra las mujeres, es esencial poner en marcha un conjunto de medidas coordinadas, a través de :
- El refuerzo de las estructuras de acogida, apoyo y orientación, creando instalaciones adaptadas a sus necesidades específicas.
- La sensibilización sobre los peligros de las rutas migratorias también es esencial para informar a las mujeres de los riesgos a los que pueden estar expuestas y ayudarlas a tomar decisiones informadas para su propia seguridad.
- La educación desempeña un papel crucial en la concienciación sobre las cuestiones de género y la violencia. Es esencial incorporar programas educativos sobre igualdad de género y respeto a la mujer desde una edad muy temprana.
- Informar a las autoridades competentes y formar a los agentes de las fuerzas de seguridad sobre la importancia de proteger a las mujeres. Se trata de sensibilizar a los agentes de las fuerzas de seguridad sobre la violencia de género, la necesidad de tomarse en serio las denuncias de las mujeres víctimas y la importancia de adoptar medidas proactivas para prevenir la violencia.
- Localizar las redes de proxenetismo y poner en marcha medidas concretas para desmantelar estas redes delictivas. Es esencial reforzar la cooperación entre las autoridades judiciales, las fuerzas del orden y las organizaciones de la sociedad civil para luchar eficazmente contra esta lacra y proteger a las mujeres de todas las formas de explotación sexual.
Isaac Isamël Pangoup, director de programas y responsable administrativo y financiero de la Maison du Migrant, Cáritas Mopti.